Un grupo internacional y multidisciplinar de expertos reunido por la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha examinado las pruebas sobre la enfermedad y la transmisión de coronavirus en los niños y las limitadas pruebas disponibles sobre el uso de mascarillas en esta población.
Sobre la base de este y otros factores, como las necesidades psicosociales de los niños, la OMS y el UNICEF han aconsejado que no se debe exigir a los niños de 5 años o menos que usen mascarillas, con base en “la seguridad y el interés general del niño y en la capacidad de utilizar adecuadamente una mascarilla con una asistencia mínima”.
“En general, no se debería exigir a los niños de 5 años o menos que lleven mascarillas. Este consejo se basa en la seguridad y el interés general del niño y en la capacidad de utilizar adecuadamente una mascarilla con una asistencia mínima. Puede haber requisitos locales para que los niños de 5 años o menos usen mascarillas, o necesidades específicas en algunos entornos, como estar físicamente cerca de alguien que esté enfermo. En esas circunstancias, si el niño lleva una mascarilla, uno de los padres u otro tutor debe estar en línea de visión directa para supervisar el uso seguro de la mascarilla”, explican.
En los niños de 6 a 11 años de edad, su recomendación solo se produce si existe una transmisión generalizada en la zona donde reside el niño; si no se puede garantizar el acceso a las mascarillas y la sustitución de las mismas en determinados entornos (como escuelas y servicios de guardería); si no existe supervisión adulta adecuada e instrucciones al niño sobre cómo ponerse, quitarse y usar las mascarillas de forma segura; teniendo en cuenta las posibles repercusiones del uso en el aprendizaje y el desarrollo psicosocial, en consulta con los maestros, los padres/cuidadores y/o los médicos; o en entornos e interacciones específicos que el niño tiene con otras personas que corren un alto riesgo de desarrollar enfermedades graves, como los ancianos y las personas con otras afecciones de salud subyacentes.
La OMS y UNICEF aconsejan que los niños de 12 años o más lleven una mascarilla en las mismas condiciones que los adultos, en particular “cuando no pueden garantizar una distancia mínima de 1 metro de los demás y hay una transmisión generalizada en la zona”.
Estas organizaciones reconocen que “es posible” que algunos niños no puedan usar una mascarilla debido a discapacidades o situaciones específicas, como las clases en las que el maestro necesita verles la boca. “En estos casos, las pantallas faciales pueden considerarse una alternativa a las mascarillas, pero no proporcionan la protección equivalente para evitar que el virus se transmita a otros”, detallan.
“Si se decide utilizar una pantalla facial, debe cubrir toda la cara, envolver los lados de la misma y extenderse hasta debajo de la barbilla. Se debe tener cuidado mientras se usa una para evitar lesiones que puedan romperla y dañar los ojos o la cara”, insisten.
Sobre el uso de mascarillas para niños de cualquier edad con trastornos del desarrollo, discapacidades u otros problemas de salud específicos, indican que “no debería ser obligatorio y debería ser evaluado caso por caso por los padres, el tutor, el educador y/o el proveedor de servicios médicos del niño”. “En cualquier caso, no se debería exigir el uso de mascarillas a los niños con graves deficiencias cognitivas o respiratorias que tengan dificultades para tolerar una mascarilla”, indican.
Los niños con problemas de salud subyacentes, como la fibrosis quística o el cáncer, “deben llevar una mascarilla médica en consulta con sus proveedores de servicios médicos”, explican. En los niños que gozan de buena salud en general, “pueden usar una mascarilla no médica o de tela”. “Esto proporciona un control de la fuente, lo que significa que evita que el virus se transmita a otros si están infectados y no son conscientes de que están infectados”, añaden.
Además, recuerdan que cualquier niño que tenga síntomas que sugieran la presencia de covid-19 debe usar una mascarilla médica, “siempre y cuando pueda tolerarla”. “El niño debe ser aislado y se debe buscar consejo médico tan pronto como empiece a sentirse mal, incluso si los síntomas son leves. Los familiares/cuidadores que se acerquen a menos de 1 metro del niño enfermo en casa también deben usar una mascarilla”, agregan.
De la misma forma, apuntan que los niños no deben llevar una mascarilla cuando hagan deporte o actividades físicas, como correr, saltar o jugar en el patio de recreo, para no comprometer su respiración. “Cuando se organicen estas actividades para los niños, es importante fomentar todas las demás medidas de salud pública fundamentales: mantener una distancia mínima de 1 metro de los demás, limitar el número de niños que juegan juntos, proporcionar acceso a instalaciones para la higiene de las manos y fomentar su uso”, insisten.
En cualquier caso, la OMS puntualiza que la gente “siempre consulte y se atenga a las autoridades locales sobre las prácticas recomendadas en su zona” al respecto del uso de mascarillas en niños.
Fuente: Europa Press.