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Cuando el viento sopla en el condado de Somerset, Pennsylvania, hay un punto donde el sonido es diferente. Allí, en el interior de un gran parque, se eleva una construcción peculiar: se trata de una torre de 93 pies de alto (28,3 metros), dotada de 40 campanas, que vibran de manera cambiante según como sean las corrientes. Como si fueran las voces de 40 personas

El lugar donde se levantó esta creación arquitectónica, recién completada, no es casual: se trata del punto en el que el 11 de septiembre de 2001 se estrelló el Vuelo 93 de United Airlines, uno de los aviones secuestrados por un grupo terrorista en la acción combinada que se convirtió en una de las páginas más trágica de la historia de Estados Unidos y se cerró con cerca de 3,000 muertos. Su ruta originaria era Newark, Nueva Jersey – San Francisco, California. 

Mientras que aquella mañana otras tres aeronaves chocaron contra las Torres Gemelas en Nueva York y el Pentágono en Arlington, Virginia, en la intención de los terroristas esta tenía como objetivo el Capitolio, uno de los grandes símbolos del poder político en el país. No llegó hasta allí, porque precipitó antes, por decisión de los secuestradores, tras una rebelión de varios entre viajeros y tripulantes. 

Terminó en un campo cerca de Shanksville, Pennsylvania. Ninguna de las personas a bordo (33 pasajeros, 7 miembros de la tripulación y los 4 presuntos terroristas) sobrevivió. 

Como cuenta el diario Los Angeles Times, en 2005 el arquitecto Paul Murdoch recibió el encargo de diseñar un lugar para homenajear a todas las víctimas de ese atentado. Diez años después, casi todo el memorial, un área de cercca de 2,200 acres, estaba construido. 

Pero aún faltaba uno de sus elementos más significativos, que él había incluido en el proyecto original: la “Torre de las Voces”, un monumento conmemorativo cuya altura de 93 pies, el mismo número de ese trágico vuelo y cuyas 40 campanas de viento, una por cada víctima de ese atentado, representarian sus características más simbólicas. 

La construcción se completó en 2018, pero solo hace pocos días se le agregaron todas las campanas, los componentes claves para hacer de ella un verdadero instrumento musical gigante. Y así la obra ya se puede dar por finalizada, justo cuando Estados Unidos vive el 19 aniversario del 11-S

Murdoch explicó que uno de los aspectos de ese día terrible que más llamaron la atención suya y de sus colaboradores a la hora de imaginar la torre fueron las llamadas que varios pasajeros hicieron cuando entendieron que eran víctimas de un secuestro, y que se reportaron posteriormente. 

“Nos conmovió el hecho de que el último contacto que la gente tuvo con sus seres queridos u otras personas en el avión fue a través de llamadas telefónicas”, dijo el arquitecto. “De alguna manera esas voces eran un recuerdo persistente de estas personas antes de morir”, agregó. Y así se les ocurrió buscar la forma de reproducirlas. 

Parecida es la sensación que asegura probar Stephen Park, el superintendente responsable de todo el parque memorial del Vuelo 93, un área administrada por el Servicio de Parques Nacionales, según dijo al LA Times. “Esa torre realmente me pone en un estado de ánimo de lo que presenciaron esas personas en el avión”, aseguró, “el simbolismo de esas voces, eso realmente me habla”.

La conmemoración de este año se celebrará en forma privada a petición de las familias de las víctimas y como medida sanitaria, según indica la página web del memorial. Esto no impedirá, sin embargo, que acudan al lugar tanto el presidente, Donald Trump, como el exvicepresidente Joe Biden, los dos protagonistas de la carrera presidencial de este año, que finalizará con las elecciones presidenciales de noviembre. 


Trump, quien busca confirmarse en la Casa Blanca como candidato republicano, presenciará la ceremonia de la mañana, según fuentes del Gobierno. Biden, por otro lado, planea presentar sus respetos por la tarde después de asistir a la celebración en el memorial del 11 de septiembre en Nueva York.

Pero la intención de los creadores de la “Torre de las Voces” es que su capacidad de recordar a las víctimas del Vuelo 93 se dé no solo en el día oficial de conmemoración del 11-S, sino constantemente, y en particular cuando sopla la brisa. 

Así lo explicó hace dos años, en ocasión de la inauguración del monumento, el superintendente Stephen Clark: en su sus palabras, las voces de las víctimas “sonarán para siempre, gracias a este hermoso viento del condado de Somerset, Pennsylvania”.  

Con información de LA TimesUSA Today, AP.