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“Estamos muy seguros que tendremos una vacuna a finales de año”, aseguró anoche, optimista, el presidente, Donald Trump, contraviniendo –ha admitido- las recomendaciones de prudencia de los científicos a la hora de prometer una fecha para conseguir una inmunización contra el coronavirus

“Los médicos me dirán que no debería decir esto, pero yo digo lo que pienso y es que vamos a tener una vacuna más pronto que tarde”. “Estamos presionando al máximo”, recalcó Trump bajo la pétrea mirada de la imponente escultura del presidente Abraham Lincoln durante un programa especial de la televisión Fox News retransmitido en directo desde el monumento, en la explanada del Mall de Washington.

Como fuente de su previsión sobre el calendario de la hipotética vacuna Trump sólo ha citado sus conversaciones con ejecutivos de compañías implicadas en el esfuerzo –y la carrera mundial– por hacerse con la fórmula para prevenir el contagio del nuevo coronavirus. Hay alrededor de un centenar de ensayos en marcha en todo el mundo, una decena de ellos en fase de ensayos clínicos. ¿Y si es otro país quien la consigue antes?, preguntó el periodista de la cadena. “Me da igual”, si otro país la consigue antes, me quitaré el sombrero. (…) tenemos que conseguir una vacuna. Sea quien sea quien la consiga, voy a ser su mayor fan. La quiero. Necesito la vacuna. Este país necesita la vacuna y la vamos a tener a finales de año”, insistió Trump.

Estados Unidos lleva unas cuatro semanas registrando alrededor de 2.000 fallecimientos diarios como consecuencia del Covid. “Va muy deprisa”, admitió Trump. A primeros de abril él mismo vaticinó que la cifra total de defunciones por la pandemia en EE.UU., que hasta finales de marzo comparaba con una gripe, estaría entre las 60.000 y 65.000. Ayer iban por más de 67.000 fallecimientos, y comentó que “serán 80.000 o 90.000”.