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En los documentos de planeación enviados la semana pasada a las agencias de salud pública en todo Estados Unidos, los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC, por su sigla en inglés), describieron cómo se están preparando para dos vacunas contra el coronavirus a las que se refieren simplemente como vacuna A y B.

Los detalles técnicos de estas, incluyendo el lapso que debe haber entre la administración de las dosis y su temperatura de almacenamiento, coinciden con las dos vacunas que están más avanzadas en el proceso de ensayos clínicos en Estados Unidos, fabricadas por los laboratorios Moderna y Pfizer.

A continuación,  lo que debes saber sobre el funcionamiento de las vacunas, cómo se hacen las pruebas y cómo se van a distribuir en la población, en caso, solo en caso, de que se demuestre que funcionan.

¿Cómo actúan estas vacunas?

Las vacunas pueden estar hechas de distintas maneras. Actualmente, las más utilizadas contienen virus desactivados, virus vivos debilitados o fragmentos de proteínas.

Moderna y Pfizer están probando un nuevo tipo de vacuna que nunca antes había sido aprobada para su uso en humanos. Esta vacuna contiene moléculas genéticas llamadas ARN mensajero. El ARN mensajero se inyecta en las células del músculo, que lo interpretan como si se tratara de las instrucciones para formar una proteína (una proteína que se encuentra en la superficie del coronavirus).

Si todo sale bien, las proteínas estimulan el sistema inmunitario y generan una protección prolongada contra el virus.

¿Quién se vacunará primero?

En los documentos enviados a las agencias de salud pública, los CDC señalaron que determinados grupos tendrían prioridad, comenzando con los trabajadores de la salud, trabajadores esenciales (como los policías o quienes trabajan en industrias fundamentales como la producción de alimentos), las “poblaciones de seguridad nacional” y los trabajadores y residentes de instalaciones de cuidados a largo plazo como los asilos para ancianos.

Esos grupos prioritarios están compuestos de millones de personas. En una reunión de la semana pasada del Comité Asesor sobre Prácticas de Inmunización de los CDC, un funcionario de la agencia presentó una diapositiva que muestra que en Estados Unidos hay entre diecisiete y veinte millones de trabajadores de la salud, de 60 a 80 millones de trabajadores esenciales y aproximadamente 53 millones de personas mayores de 65 años.

El miércoles, las Academias Nacionales de Ciencias, Ingeniería y Medicina dieron a conocer un plan de 114 páginas, patrocinado por los CDC y los Institutos Nacionales de Salud, que proponía un complicado sistema de cuatro fases que deberán ser prioritarias.

c.2020 The New York Times Company